preguntas que se
pueden esperar
Hay
que estar preparado para responder muchas preguntas y repetir los mismo
conceptos muchas veces, porque durante los días y semanas siguientes a una
muerte puede que los niños hagan las mismas preguntas una y otra vez de formas
ligeramente diferentes.
Si hay algo que
el adulto responsable no pueda responder es mejor ser sincero y decir que no lo
sabe, explicando que la muerte es un misterio y que no se sabe todo sobre ella,
pero hay que procurar buscar a alguien que sí pueda dar esas respuestas al
niño.
§
¿Cuándo va a volver?
Hay que dejar claro que eso no va a ocurrir,
que el cuerpo de la persona fallecida ha dejado de funcionar y eso no es
reversible. Por eso la gente está tan triste, porque está muerto para siempre.
§
¿Cuántos años tienes?
Edad y muerte están conectados en la mente de
un niño, y además no calcula bien qué significa “ser viejo”. Para él, cualquier
persona por encima de los veinte años, incluyendo sus padres, es muy vieja.
Hay
que hacerle entender que el abuelo era tan viejo que era el doble de viejo que
mamá y papá.
§
¿Tú también te vas a morir?
Hay que explicar que todo el mundo se muere
en algún momento, y que a veces hay accidentes o la gente se pone tan enferma
que deja de funcionar, pero que la mayoría de las personas no mueren hasta que
son muy, muy, muy viejos.
§
¿Por qué tuvo que morirse?
Estaba muy enfermo, de una forma distinta a
cuando se ponen enfermos en la familia. Su cuerpo no funcionaba bien, y no
podía luchar contra la enfermedad porque no era lo suficientemente fuerte por
no funcionar bien, así que no pudo curarse. Algunas cosas no se pueden
arreglar.
§
¿Lo hice yo?
Nadie hace que otra persona se muera (si
hablamos de una muerte natural). Todo el mundo tiene que morir algún día y la
gente muere porque sus cuerpos dejan de funcionar.
Analizando
lógicamente los hechos se explica que no hay nada que se pudiese hacer para
evitar la muerte de la persona fallecida.
respuestas esperables
§
Agotamiento
Algunos
niños, mientras intentan concentrar sus energías en intentar superar el dolor,
se encuentran con que tienen menos energía disponible para otras cosas. Otras
reacciones habituales son dormir mucho, perder apetito y apatía.
§
Dependencia
El
niño presenta una necesidad extrema de apoyo, que es parte del estado de
desorganización que suele acompañar al dolor. Es una forma de pedir ayuda al
entorno.
§
Sentimientos de irrealidad
En
ocasiones parece que lo ocurrido es parte de la vida de otra persona, que no es
real.
§
Pánico
Miedo
a que otra cosa terrible vaya a suceder u otros tipos de miedos (a quedarse
solo por la noche…), los sentimientos que acompañan una muerte pueden desbordar
a un niño. Sentir que es algo pasajero mientras se adaptan y ajustan a la nueva
situación, encontrar esperanza en el futuro ,es algo que necesitan en estos
casos.
§
Preocupación por el difunto
El
niño encuentra recuerdos del fallecido en muchos sitios, y algunos de ellos
desarrollan conductas propias de esas personas que ya no están para sentirse
identificados con ellas y tener sensación de control sobre el dolor.
§
Hiperactividad
§
Comportamiento destructivo
Algunos
niños, al reprimir sus emociones de dolor ante una muerte, o siendo incapaces
de manifestarlas oralmente, intentan expresarse de forma física.
§
Regresión
Volver a comportamientos de etapas previas del desarrollo (no comer solo, no vestirse solo,
llorar al ir al colegio...)
Espero que ayude. Y ya sabéis, si tenéis alguna duda o comentario, no dudéis en escribir en el espacio de comentarios o al correo! psicologiacreciendo@gmail.com
Higinia Fernández Peña
www.psicologiacreciendo.com
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