Como psicóloga, en algunos momentos me siento como una madre que intenta avisar a sus hijos de que hay precauciones que deben tomar en el día a día y ellos, como no ven el peligro, ignoran las advertencias.
¿A cuántos niños que se hayan electrocutado conocéis? Y sin embargo, ¿habéis dejado de avisar a vuestros hijos: "no metas los dedos en el enchufe"? ¿No es cierto que simplemente si los veis demasiado cerca de un enchufe los cambiáis de sitio? Incluso hoy en día se cubren mucho antes de que empiecen a gatear, "por si acaso".
¿Quién no ha escuchado lo de "no corras con las tijeras en la mano"? Y sin embargo la mayoría de nosotros no ha presenciado ningún accidente por culpa de correr con tijeras.
Avisamos a nuestros hijos de muchas cosas antes de que pasen, o incluso sabiendo que es probable que no vayan a ocurrir. Los volvemos cautelosos ante situaciones que no se les han planteado nunca (y que, por tanto, no han aprendido a reaccionar ante ellas) para que SI les pasan, sepan cómo actuar.
Les hacemos aprenderse su nombre y su dirección o el nombre de sus padres, les damos la sabida frase de "Si te pierdes, busca a un policía", cuando entramos a un sitio lleno de gente, avisamos casi amenazando: "no te sueltes de mi mano".
Nos enfadamos si no nos hacen caso, y nos enfadamos porque sabemos que tenemos razón, que sabemos más que ellos sobre el mundo y que lo estamos haciendo por su bien, para prepararlos, para protegerlos.
Y, a pesar de todo ello, cuando leemos pautas sobre el uso de internet en los adolescentes o cuando nos invitan a charlas sobre prevención de drogas, somos como nuestros hijos. Pensamos que los psicólogos, los orientadores, los profesores y los periodistas son unos exagerados. Pensamos que esas son cosas que no nos van a pasar a nosotros, o más bien, son cosas que no les van a pasar a nuestros hijos.
También es poco probable que se vayan a clavar unas tijeras y sin embargo lo prevenimos. Porque nunca está de más tomar medidas, porque el saber cómo prevenir o saber cómo actuar SI pasa nunca es malo ni está de sobra, especialmente si nos lo están ofreciendo.
Ese "por si acaso" que tan importante era a la hora de salvarlos de enchufes, tijeras, perderse, ser atropellado por no mirar antes de cruzar...ese "por si acaso" se nos olvida, y hay personas que piensan que los refranes son tópicos, pero existen porque son verdades repetidas a lo largo del tiempo, y hay uno que dice:
"Más vale prevenir que curar"
No esperemos a que pase para informarnos.
De todas formas, en las próximas entradas hablaré con algo más de detalle sobre alguno de estos temas, y ya sabéis como siempre que, si tenéis alguna duda o comentario, no dudéis en escribir en el espacio de comentarios o al correo: psicologiacreciendo@gmail.com
Higinia Fernández Peña
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