miércoles, 3 de junio de 2015

Los tests

Hoy quiero hablaros de algo que muchos de nosotros como psicólogos usamos en consulta, aunque también se pasan en el colegio: los tests.
Es probable que no todos los profesionales estén de acuerdo con lo que voy a escribir, así que por favor tened en cuenta que esta es mi opinión personal como profesional. También aclarar que hablo desde el punto de vista de una persona que trabaja con niños y adolescentes, que son personas a las que se les pasan una serie impresionante de pruebas.

Antes de nada, explicar que un test es una prueba que busca medir o evaluar una capacidad, un rasgo, un comportamiento...Yo considero que, bajo esa premisa, los tests son objetos muy útiles, porque nos permiten explorar cosas que la persona que viene a terapia no es capaz de explicar de la forma que necesitamos, o que no es consciente de que le ocurre, o incluso que no considera problemáticas. Nos aporta señales de que algo puede que no funcione y no nos hayamos dado cuenta simplemente con una entrevista oral.

¿Entonces todo esto es para hablaros de las bondades de los tests? Sí y no. Es decir, considero que los tests tienen su utilidad, y que nos debemos valer de ellos como instrumentos para complementar una evaluación si lo vemos necesario, pero ahí está la palabra clave: complementar. 
Con esto quiero decir que tengamos cuidado con los resultados que nos dan de nuestros hijos, dejemos que el profesional que los haya realizado nos los explique y recordemos que son indicadores que nos señalan la dirección en la que profundizar para averiguar si efectivamente hay algún problema en ese aspecto, no diagnósticos ni etiquetas.


Os comento todo esto porque muchos de vosotros recibís resultados de pruebas que les hacen a vuestros hijos en el colegio. Estas pruebas están bien, no penséis que las critico, porque normalmente suele haber un orientador y cientos de niños en un colegio, por lo que la manera más efectiva, teniendo en cuenta esa situación, de saber si hay algún aspecto que haya que revisar con algún niño, es pasar una serie de pruebas.
Sin embargo, esto tiene sus pegas, y es que normalmente esas pruebas son grupales. por lo que no se puede ver bien las reacciones de cada niño ante las preguntas, ni se realizan varias pruebas de lo mismo, sino una en un día concreto, que puede que no sea su mejor día.
Hay muchas cosas que influyen en una "mala" puntuación, por eso se debe completar con una entrevista al niño y la familia para conocer y profundizar en ese resultado.

Si os preocupa algún informe, hablad con el orientador, buscad opiniones, comentad la situación familiar, resultados previos y cosas que, aunque parezca que no están relacionados con una prueba de lectura o escritura, pueden aportar otra visión a sus puntuaciones.

Y si finalmente se llega a la conclusión de que existe algo que trabajar, no lo dudéis, ya sea con apoyo extraescolar, trabajo logopédico o terapia psicológica, lo mejor es empezar antes de que vaya a más.


Y si tenéis alguna duda o comentario, no dudéis en escribir en el espacio de comentarios o al correo: psicologiacreciendo@gmail.com


Higinia Fernández Peña
www.psicologiacreciendo.com


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